La insociabilidad de la sociedad del networking

tumblr_krds7e4nVz1qz8dzoo1_400[1]
El tema de este post no está relacionado directamente con los Recursos Humanos (orientación de mi Blog) pero sí tiene que ver con las personas y con la forma en la que se relacionan entre ellas.
La estructura del mismo es también más sencilla de lo habitual y no tiene moraleja final. Me gustaría que cada cual saque sus propias conclusiones así que me limitaré a exponer una situación y dar una pequeña pincelada de mi impresión sobre la misma.

Antecedentes.-
– Realizo un curso en Madrid dos días: miércoles y jueves. Voy desde Sevilla y me alojo en un hotel. Salgo a cenar sola la noche del miércoles.

Hechos.-
– Entro en un bar y miro la carta. Aunque tienen una extensa variedad de raciones, sólo hay dos tipos de tapas: Pincho de tortilla y croquetas. Las pido. A pesar de la buena pinta que tiene todo lo demás, una ración para mi sola es mucho.

– Miro a mi alrededor. En el bar hay grupos y parejas, pero hay dos personas más que cenan solas como yo. Son dos hombres trajeados (probablemente pasando unos días en Madrid por trabajo) y han pedido lo mismo que yo. Es obvio que tampoco tienen con quien compartir. Por casualidad, también, los tres hemos pedido una copa de vino y supongo que se trata, como en mi caso, de un pequeño capricho tras un día largo. Un vinito para relajarse un poco.

– Sigo observando y bajo a mayor detalle el análisis de la situación. ¿qué hacemos los tres mientras cenamos? Mirar el móvil, matar el tiempo, buscar compañía al otro lado de la pantalla.

Pensamientos.-
– “Si no fueran a pensar nada raro de mí, les propondría cenar juntos, compartir raciones y charlar. Cenar bien y, además, en compañía”

– Me río sola. Sigo pensando. “Puede que incluso alguno de ellos sea contacto mío en Linkedin” “De esos que un día agregué pero realmente no conozco”, “Puede que sea su seguidora en Twitter pero no los haya visto nunca” “O puede que me sigan a mí”.

– Continuo pensando “Probablemente cuando miran sus móviles estén en alguna de estas redes, haciendo nuevos contactos virtuales”.

– “Probablemente son personas muy interesantes de las que se puede aprender mucho. Posiblemente fuera muy enriquecedor escuchar sus experiencias”

– “Quizá, en breve, publicarán un post en sus blogs o abrirán un debate en Linkedin del que podré aprender”. “Quizá compartan alguna reflexión interesante en un tweet que retuitearé al instante”

Continúan los hechos.-
Termino de cenar. Pago. Me voy. Me cruzo en la puerta con otra persona que entra sola en el bar. Aunque no me quedo a esperar a ver qué hace, estoy casi segura de que, en unos minutos, pide un pincho de tortilla, unas croquetas, una copa de vino y… saca el móvil. Y contacta con alguien, virtualmente.

A mí, cuanto menos, me resultó triste.

Deja un comentario

3 comentarios

  1. Sandra

     /  4 abril, 2013

    Ufff… en serio crees que no tiene moraleja final? yo estoy en Burgos impartiendo una formación hasta el 12 de este mes… sola… comiendo y cenando… sola… con mi móvil… y soñando encontrarme alguno de mis contactos que vivan aquí o a los que como yo, la ocupación le haya traído a esta ciudad!! 😉 Un abrazo

    Responder
  2. Sí. Si tiene moraleja. Pero no quería escribirla yo sino que cada uno llegara a su propia conclusión. Que conste que estoy a favor de las redes sociales y del networking, pero a veces, vivimos demasiado dentro de la pantalla. Y nos perdemos las historias de la gente, contadas por su voz, con sus emociones. Me pilla un poquito lejos Burgos pero estaría encantada de compartir una agradable charla contigo. Si alguna vez la ocupación te trae por Sevilla, ya sabes. Un abrazo, gracias sandra

    Responder
    • Sandra

       /  9 abril, 2013

      No te quepa duda, que si me voy a Sevilla no te salva nadie de esa comida / cena de desvirtualizacion ! En este caso no se trata de «no comer solo» sino de poner cara y voz a alguien afín y cercano! 🙂

      Hasta pronto,

      Responder

Deja un comentario